top of page

¿Quién es el mayor?

¿Quién es el mayor?

Mat 18:1 En aquel tiempo los discípulos vinieron a Jesús, diciendo: ¿Quién es el mayor en el reino de los cielos?(A)

Mat 18:2 Y llamando Jesús a un niño, lo puso en medio de ellos,

Mat 18:3 y dijo: De cierto os digo, que si no os volvéis y os hacéis como niños, no entraréis en el reino de los cielos.(B)

Mat 18:4 Así que, cualquiera que se humille como este niño, ése es el mayor en el reino de los cielos.

Mat 18:5 Y cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como este, a mí me recibe.

Ocasiones de caer

(Mr. 9.42-48; Lc. 17.1-2)

Mat 18:6 Y cualquiera que haga tropezar a alguno de estos pequeños que creen en mí, mejor le fuera que se le colgase al cuello una piedra de molino de asno, y que se le hundiese en lo profundo del mar.

Mat 18:7 ¡Ay del mundo por los tropiezos! porque es necesario que vengan tropiezos, pero ¡ay de aquel hombre por quien viene el tropiezo!

Mat 18:8 Por tanto, si tu mano o tu pie te es ocasión de caer, córtalo y échalo de ti; mejor te es entrar en la vida cojo o manco, que teniendo dos manos o dos pies ser echado en el fuego eterno.(C)

Mat 18:9 Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti; mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego.(D)

Parábola de la oveja perdida

(Lc. 15.3-7)

Mat 18:10 Mirad que no menospreciéis a uno de estos pequeños; porque os digo que sus ángeles en los cielos ven siempre el rostro de mi Padre que está en los cielos.

Mat 18:11 Porque el Hijo del Hombre ha venido para salvar lo que se había perdido.(E)

Mat 18:12 ¿Qué os parece? Si un hombre tiene cien ovejas, y se descarría una de ellas, ¿no deja las noventa y nueve y va por los montes a buscar la que se había descarriado?

Mat 18:13 Y si acontece que la encuentra, de cierto os digo que se regocija más por aquélla, que por las noventa y nueve que no se descarriaron.

Mat 18:14 Así, no es la voluntad de vuestro Padre que está en los cielos, que se pierda uno de estos pequeños.

Cómo se debe perdonar al hermano

Mat 18:15 Por tanto, si tu hermano peca contra ti, vé y repréndele estando tú y él solos; si te oyere, has ganado a tu hermano.(F)

Mat 18:16 Mas si no te oyere, toma aún contigo a uno o dos, para que en boca de dos o tres testigos(G) conste toda palabra.

Mat 18:17 Si no los oyere a ellos, dilo a la iglesia; y si no oyere a la iglesia, tenle por gentil y publicano.

Mat 18:18 De cierto os digo que todo lo que atéis en la tierra, será atado en el cielo; y todo lo que desatéis en la tierra, será desatado en el cielo.(H)

Mat 18:19 Otra vez os digo, que si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra acerca de cualquiera cosa que pidieren, les será hecho por mi Padre que está en los cielos.

Mat 18:20 Porque donde están dos o tres congregados en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos.

Mat 18:21 Entonces se le acercó Pedro y le dijo: Señor, ¿cuántas veces perdonaré a mi hermano que peque contra mí? ¿Hasta siete?

Mat 18:22 Jesús le dijo: No te digo hasta siete, sino aun hasta setenta veces siete.(I)

Los dos deudores

Mat 18:23 Por lo cual el reino de los cielos es semejante a un rey que quiso hacer cuentas con sus siervos.

Mat 18:24 Y comenzando a hacer cuentas, le fue presentado uno que le debía diez mil talentos.

Mat 18:25 A éste, como no pudo pagar, ordenó su señor venderle, y a su mujer e hijos, y todo lo que tenía, para que se le pagase la deuda.

Mat 18:26 Entonces aquel siervo, postrado, le suplicaba, diciendo: Señor, ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.

Mat 18:27 El señor de aquel siervo, movido a misericordia, le soltó y le perdonó la deuda.

Mat 18:28 Pero saliendo aquel siervo, halló a uno de sus consiervos, que le debía cien denarios; y asiendo de él, le ahogaba, diciendo: Págame lo que me debes.

Mat 18:29 Entonces su consiervo, postrándose a sus pies, le rogaba diciendo: Ten paciencia conmigo, y yo te lo pagaré todo.

Mat 18:30 Mas él no quiso, sino fue y le echó en la cárcel, hasta que pagase la deuda.

Mat 18:31 Viendo sus consiervos lo que pasaba, se entristecieron mucho, y fueron y refirieron a su señor todo lo que había pasado.

Mat 18:32 Entonces, llamándole su señor, le dijo: Siervo malvado, toda aquella deuda te perdoné, porque me rogaste.

Mat 18:33 ¿No debías tú también tener misericordia de tu consiervo, como yo tuve misericordia de ti?

Mat 18:34 Entonces su señor, enojado, le entregó a los verdugos, hasta que pagase todo lo que le debía.

Mat 18:35 Así también mi Padre celestial hará con vosotros si no perdonáis de todo corazón cada uno a su hermano sus ofensas.

Comentarios Diario Vivir

Mat 18:1-35

18.1-4 Jesús tomó a un niño para ayudar a sus egocéntricos discípulos a captar la idea. No necesitamos ser infantiles (como los discípulos, que discutían asuntos insignificantes) sino más bien como niños de corazón humilde y sincero. ¿Es usted infantil o como niño?

18.3, 4 Los discípulos estaban tan preocupados con la organización del reino terrenal de Jesús que perdieron la visión de su propósito divino. En lugar de buscar cómo servir mejor, discutían en cuanto a puestos. Cuán fácil es perder nuestra perspectiva eterna y competir por puestos en la iglesia. Cuán difícil es identificarnos con los "niños", gente débil y dependiente sin posición social ni influencia.

18.6 Los niños confían por naturaleza. Confían en los adultos, y al hacerlo estos crecen en su capacidad de confiar en Dios. Por la influencia que tienen en los niños, los padres y los adultos darán cuenta a Dios de la forma en que afecten la capacidad de confiar de estos pequeños. Jesús advierte que cualquiera que aparte de la fe a algún niño recibirá un severo castigo.

18.7 Jesús advirtió a los discípulos que hay tres diferentes maneras de causar pérdida de fe en los "niños": por tentación (18.7-9), por menosprecio y por degradación (18.10-14). Como líderes, debemos ayudar a los creyentes jóvenes o nuevos a evitar cualquier cosa o cualquier persona que podría causarles daño en su fe y conducirlos al pecado. Nunca debiéramos tomar superficialmente la educación y protección espiritual de los niños en edad y de los niños en la fe.

18.8, 9 Debemos quitar las piedras de tropiezo que originan en nosotros pecado. Esto no significa que debemos mutilarnos el cuerpo, sino que toda persona, programa o enseñanza en la iglesia que amenace el crecimiento espiritual del cuerpo debe eliminarse. Jesús dice que es mejor ir al cielo con una mano que al infierno con dos. El pecado, sin embargo, afecta no sólo nuestras manos; afecta también nuestro corazón.

18.10 Nuestro interés en los niños debe ser paralelo al trato que Dios les da. Ciertos ángeles tienen la tarea de velar por los niños y tienen acceso directo a Dios. Estas palabras deben escucharse bien en las culturas donde no se le da importancia al niño, se le maltrata o se aborta. Si sus ángeles tienen acceso directo y constante a Dios, lo menos que podemos hacer es permitir que los niños se acerquen a nosotros en lugar de mantenerlos alejados por causa de nuestras ocupaciones.

18.14 Así como un pastor se ocupa de una oveja perdida al grado que va por las colinas a buscarla, Dios se ocupa de cada ser humano que ha creado. ("No quiere que nadie se pierda",

2 Pe_3:9.) Estamos en contacto con niños que necesitan a Cristo en casa, en el colegio, en la iglesia y en el vecindario. Hay que guiarlos hacia El con nuestro ejemplo, palabras y actos de bondad.

18.15-17 Estas son instrucciones de Jesús para enfrentarnos con los que pecan en contra nuestra. Tienen que ver con (1) cristianos, no con los que no lo son, (2) con pecados cometidos contra usted, no contra otros y (3) con la resolución de conflictos que surgen en el contexto de la iglesia, no en toda la comunidad. Las palabras de Jesús no son una licencia para un ataque frontal a cada persona que nos hiere o margina. No son una licencia para iniciar una campaña destructiva de chismes o pleito de iglesia. Tienen como objetivo reconciliar a los que están en desacuerdo, de modo que todos los cristianos puedan vivir en armonía.

Cuando alguna persona nos ofende, con frecuencia optamos por lo opuesto de lo que Jesús recomendó. Respondemos con resentimiento u odio, buscamos venganza o chismeamos. Sin embargo, debiéramos ir a esa persona primero, por difícil que nos sea. Luego debemos perdonarla tantas veces como se necesite (18.21, 22).

18.18 Las palabras atar y desatar se refieren a la decisión de la iglesia en los conflictos. Entre los cristianos no hay corte de apelación fuera de la iglesia. Lo ideal es que las decisiones sean tomadas bajo la dirección de Dios y basadas en el discernimiento de su Palabra. Los creyentes, por tanto, tendrían la obligación de llevar sus problemas a la iglesia y esta, a su vez, de buscar la dirección de Dios para resolver los conflictos. El enfrentar los problemas dentro del método de Dios tendrá impacto ahora y por la eternidad.

18.19, 20 Jesús tiene en mente el día en que estará presente no en cuerpo sino por medio del Espíritu Santo. En el cuerpo de creyentes (la iglesia), el acuerdo sincero de dos personas es más poderoso que el acuerdo superficial de miles, porque el Espíritu Santo de Cristo está con ellos. Dos o más creyentes, llenos del Espíritu Santo, orarán de acuerdo a la voluntad de Dios, no de acuerdo a la suya, y sus peticiones serán concedidas.


Únete
 Quién Está Detrás del Blog
29339442_1905869249424236_64124305055804
EMANUEL GONÇALVES

El hombre detrás       de"Lo Justo"

bottom of page