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Aprendiendo Del Ejemplo De José.

Aprendiendo Del Ejemplo De José.

Aprendiendo de José.

La importancia de José en la familia.

Cuando la Biblia nos habla de la familia de José (Gen 37:2), el centro de la historia en realidad no es Jacob sino José. Con ello, la Palabra de Dios nos está enseñando acerca de la enorme influencia que un hijo puede tener en una familia así como del carácter que ese hijo le puede dar a toda una familia entera.

Y ello, sin importar que lugar en el orden de los nacimientos ocupe ese hijo. José no era el primogénito, ni siquiera uno de los hermanos mayores. Era el penúltimo de todos los hermanos. Sin embargo, fue el que tuvo la influencia más determinante en esta parte de la historia de la familia.

No importa el lugar que tengamos en la familia, ni la consideración que ellos nos tengan a nosotros (el chismoso, el inútil, el consentido, etc.): bajo la dirección, sabiduría y poder de Dios, una vez restaurados y formados por El, podemos ser los que Dios use para cambiar la historia e imprimirle un carácter santo y bendecido a nuestras familias.

Gén 37:2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

Las tres grandes etapas de la vida de José.

De su nacimiento a los 17 años.

De los 17 a los 30 años.

De los 30 a los 110 años.

De su nacimiento a los 17 años: consentido, chismoso, ocioso (Gen 30.24-37:2)

Gén 30:24 y llamó su nombre José,[g] diciendo: Añádame Jehová otro hijo.

Gén 37:2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

El hecho de que tuviera una capa (el hebreo sugiere que era una capa de manga larga, hasta los tobillos, elegante), es un indicador de que no trabajaba (esa capa no era para trabajo: hasta las rodillas, de manga corta y de tela y confección sencilla).

Jacob le asignaba el papel de contarle todo lo que hacían sus hermanos cuando él no estaba, es decir, el de chismoso, como lo evidencia el encargo que le da de ir a vigilarlos cuando cuidaban las ovejas. Nótese que ellos cuidaban las ovejas, no él.

Además de consentido, chismoso y no trabajador, les "restregaba" en la cara el hecho de ser el consentido de su papá, al usar la capa de colores, y además, con falta de sabiduría, les cuenta el sueño que había recibido, de que ellos se iban a inclinar ante él (él iba a ser el jefe).

La Biblia, durante este período de tiempo de su vida no muestra que José tuviera una buena relación con Dios, es más, sus actitudes lo demuestran.

Era evidente, entonces, que si se iba a cumplir el propósito de su vida dado por Dios, necesitaba aprender:

A trabajar (había estado ocioso quizá los diecisiete años de su vida).

A ser un buen administrador en la bonanza y en la escasez (administrar la abundancia y la escasez de un país por períodos de siete años consecutivos cada uno, solo podía ser tarea de un buen administrador).

A ser una persona humilde (el que no es humilde, en una posición de gobierno, en lugar de facilitarse su trabajo se lo complica grandemente, desarrollando muchas áreas de resistencia).

A tener sabiduría (el gobierno de una nación grande indudablemente lo requiere).

A buscar a Dios para tener dirección en todos los asuntos (claves y sencillos).

De los 17 a los 30 años: esclavo y preso: diligente, buen administrador, próspero (Gen 37.2-41:46).

Gén 41:46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

Comentarios diario vivir

41.46 José tenía treinta años cuando llegó a gobernador de Egipto. Era de diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron en esclavitud. Por lo tanto, había pasado once años como esclavo y dos en prisión.

Es en esta etapa en donde aprende todo lo que necesitaba para cumplir con el propósito de Dios y ser lleno de Su bendición:

A trabajar (que mejor lugar para ello que como esclavo).

A ser un buen administrador de las bonanzas (que mejor lugar que administrando todas las cosas de Potifar y administrando su propia prosperidad en la esclavitud)

A ser un buen administrador de crisis (que mejor lugar para aprenderlo que administrando la cárcel, donde los recursos son escasos y las necesidades muchas, además de los problemas propios de los encarcelados).

Aprender humildad (que mejor lugar para aprenderlo que la esclavitud y la cárcel). Necesitaba aprenderla si iba a ser autoridad sobre Egipto e Israel.

Aprender sabiduría (que mejor que las crisis como escuela de sabiduría).

Aprender a mantener una relación y dependencia constante con El Señor, buscarle (que mejor escuela para ello que las crisis, las contrariedades, las situaciones difíciles de la vida como las de José).

A pesar de que las condiciones del aprendizaje aparentemente eran difíciles, Dios, en Su misericordia, le facilitó el tiempo de aprendizaje a José de muchas maneras:

Dios estaba con Él.

Aunque era esclavo y preso, Dios le dio gracia y favor con sus superiores.

Dios prosperaba su trabajo.

Dios lo prosperó a él también.

De este tiempo en la vida de José podemos aprender algunas cosas para nuestra propia vida.

Cuando Dios nos llama, también nos va a preparar. Dios equipa a los llamados (Mat 4.19).

Mat 4:19 Y les dijo: Venid en pos de mí, y os haré pescadores de hombres.

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Mat 4.18-20 Jesús dijo a Pedro y a Andrés que debían dejar su pesquería para convertirse en "pescadores de hombres" y ayudar a la gente a hallar a Dios. Jesús les invitaba a que dejaran un negocio productivo para ser espiritualmente productivos. Todos tenemos que pescar almas. Si seguimos el ejemplo de Cristo y sus enseñanzas y las ponemos en práctica, podremos "atrapar" a los que están a nuestro alrededor para Cristo como lo hace el pescador que atrapa peces en su red y los pone en su bote.

El tiempo que va a durar nuestra preparación está en la sola potestad y conocimiento de Él, no de nosotros (Ecle 3:1-11).

Todo tiene su tiempo

Ecl 3:1 Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora.

Ecl 3:2 Tiempo de nacer, y tiempo de morir; tiempo de plantar, y tiempo de arrancar lo plantado;

Ecl 3:3 tiempo de matar, y tiempo de curar; tiempo de destruir, y tiempo de edificar;

Ecl 3:4 tiempo de llorar, y tiempo de reír; tiempo de endechar, y tiempo de bailar;

Ecl 3:5 tiempo de esparcir piedras, y tiempo de juntar piedras; tiempo de abrazar, y tiempo de abstenerse de abrazar;

Ecl 3:6 tiempo de buscar, y tiempo de perder; tiempo de guardar, y tiempo de desechar;

Ecl 3:7 tiempo de romper, y tiempo de coser; tiempo de callar, y tiempo de hablar;

Ecl 3:8 tiempo de amar, y tiempo de aborrecer; tiempo de guerra, y tiempo de paz.

Ecl 3:9 ¿Qué provecho tiene el que trabaja, de aquello en que se afana?

Ecl 3:10 Yo he visto el trabajo que Dios ha dado a los hijos de los hombres para que se ocupen en él.

Ecl 3:11 Todo lo hizo hermoso en su tiempo; y ha puesto eternidad en el corazón de ellos, sin que alcance el hombre a entender la obra que ha hecho Dios desde el principio hasta el fin.

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Ecl 3:1-22

3.1-5.20 Lo que quiere decir Salomón en esta sección es que Dios tiene un plan para todas las personas. Por lo tanto, proporciona ciclos de vida y trabajo para que lo realicemos. A pesar de que nos enfrentamos con muchos problemas que parecen contradecir los planes de Dios, estos no deben ser obstáculos para creer en El, sino más bien oportunidades para descubrir que, sin Dios, los problemas de la vida no ofrecen soluciones duraderas.

3.1-8 Ser oportuno es importante. Todas las experiencias enumeradas en estos versículos son oportunas en ciertos momentos. El secreto de estar en paz con Dios es descubrir, aceptar y apreciar el momento perfecto según El. El peligro es dudar o resentirnos por el sentido de oportunidad de Dios. Esto puede conducirnos a la desesperación, a la rebelión o a seguir adelante sin su consejo.

3.8 ¿Cuándo es tiempo de aborrecer? No debemos aborrecer a la gente mala, sino aborrecer lo que hacen. También debemos aborrecer que maltraten a la gente, que los niños se estén muriendo de hambre y que se deshonre a Dios. Además, debemos aborrecer el pecado en nuestra vida. Esta es una actitud de Dios (véase Psa_5:5).

3.11 Dios "ha puesto eternidad en el corazón de ellos" significa que nunca podremos estar completamente satisfechos con los placeres y logros terrenales. Debido a que Dios nos ha creado a su imagen, (1) tenemos ansias espirituales (2) y valores eternos, y (3) nada que no sea el Dios eterno puede satisfacernos verdaderamente. El ha puesto en nosotros añoranza por ese mundo perfecto que sólo se halla bajo su gobierno perfecto. Nos ha permitido vislumbrar la perfección de su creación, pero sólo en un débil resplandor. No podemos ver el futuro ni comprender todas las cosas. De modo que debemos confiar en El ahora y realizar aquí el trabajo que nos corresponde.

Por mucho que las condiciones del aprendizaje nos parezcan muy difíciles, Dios va a obrar en medio de ellas para facilitárnoslas de tal manera que, por un lado, no sean tan difíciles como podrían ser, pero por otro lado, no estorben el aprendizaje de lo que Dios desea enseñarnos.

Las cosas que a nosotros nos parecen malas (no porque lo sean, sino porque no nos gustan) si Dios las está permitiendo en nuestra vida, no son malas (aunque puedan ser incómodas), porque la Palabra de Dios dice que todas las cosas que nos suceden a los que amamos a Dios son buenas porque obran para nuestro bien (Rom 8:28-29). Por lo tanto, como las juzguemos va a depender de la perspectiva que asumamos: si es nuestra perspectiva personal (la vida debería ser placentera), las vamos a juzgar "malas"; si es desde la perspectiva de Dios (la vida es una experiencia de aprendizaje constante y creciente para el cumplimiento de Su propósito de bendecirnos), las vamos a juzgar buenas.

Más que vencedores

Rom 8:28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.

Rom 8:29 Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos.

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8.28 Dios hace posible que "todas las cosas", no solo incidentes aislados, redunden en nuestro bien. Esto no significa que todo lo que nos pasa es bueno. Lo malo sigue prevaleciendo en nuestro mundo caído, pero Dios es capaz de cambiar todas las circunstancias a nuestro favor. Tenga presente que Dios no está ocupado en hacernos felices, sino en cumplir sus propósitos. Note asimismo que esta promesa no es para todos. Es solo para los que aman a Dios y forman parte de los planes divinos. Los "llamados" son todas los que el Espíritu Santo convence y permite que reciban a Cristo. Estas personas tienen una nueva perspectiva, una nueva mentalidad en la vida. Confían en Dios, no en los tesoros de la vida; buscan su seguridad en el cielo, no en la tierra; aprenden a aceptar el dolor y la persecución, no a lamentarlos, porque Dios está con ellos.

8.29 La meta suprema de Dios en cuanto a nosotros es hacernos semejantes a Cristo (1Jo_3:2). A medida que vamos siendo como El, descubrimos lo que en realidad somos, las personas para lo cual fuimos creados. ¿Cómo podemos ser conformados a la imagen de Cristo? Leyendo y prestando atención a la Palabra de Dios, estudiando su vida en la tierra a través de los Evangelios, llenándonos con el Espíritu Santo y haciendo la obra de Dios en la tierra.

8.29, 30 Algunos creen que estos versículos dicen que, antes de la fundación del mundo, Dios determinó quiénes habrían de recibir la salvación. Señalan pasajes como Eph_1:11, que dice: "Habiendo sido predestinados conforme al propósito del que hace todas las cosas según el designio de su voluntad". Otros dicen que Dios sabía quiénes responderían positivamente, y sobre ellos puso su marca (predestinó). Lo que está claro es que el propósito de Dios en cuanto al hombre no fue producto de un pensamiento tardío, sino que se determinó antes de la fundación del mundo. La humanidad se creó para servir y glorificar a Dios. Si usted aceptó a Cristo, regocíjese porque Dios siempre lo ha conocido. Su amor es eterno. Su sabiduría y poder son supremos. Él le guiará y le protegerá hasta el día en que llegue a su presencia.

De los 30 a los 110 años: bendición para su familia, su pueblo y Egipto (Gen 41:46-50:26).

Gén 41:46 Era José de edad de treinta años cuando fue presentado delante de Faraón rey de Egipto; y salió José de delante de Faraón, y recorrió toda la tierra de Egipto.

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41.46 José tenía treinta años cuando llegó a gobernador de Egipto. Era de diecisiete años cuando sus hermanos lo vendieron en esclavitud. Por lo tanto, había pasado once años como esclavo y dos en prisión.

Por trece años de preparación, vivió 80 años de bendición (de los 30, cuando fue ascendido por Faraón; a los 110 años que tenía cuando murió).

Desde esta perspectiva y proporción ¿los años malos de José ya no parecen tan malos, verdad?

Es igual que desde la perspectiva de la resurrección y todas las personas que por la Cruz iban a ser salvas, a Jesús le fue llevadera la pasión y crucifixión por el gozo puesto delante de Él (Heb 12:2).

Heb 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

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Heb 12:1-29

12.1 Esta "tan grande nube de testigos" está compuesta de personas que se han mencionado en el capítulo 11. Su fidelidad es un estímulo para nosotros. No luchamos solos ni somos los primeros en luchar con los problemas que afrontamos. Otros también han participado en la carrera y han ganado, y su testimonio nos anima a correr y a ganar. ¡Qué legado tan inspirador el que tenemos!

Igualmente, aunque ahora podamos estar en medio del tiempo de la preparación (que le hemos de estar), y nos parezca muy dura, recordemos el ejemplo de José, afirmémonos, pidámosle a Dios Su ayuda, y sigamos adelante (Sant 1.2-6).

La sabiduría que viene de Dios

Stg 1:2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,

Stg 1:3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.

Stg 1:4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.

Stg 1:5 Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Stg 1:6 Pero pida con fe, no dudando nada; porque el que duda es semejante a la onda del mar, que es arrastrada por el viento y echada de una parte a otra.

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Stg 1.1 El escritor de esta carta, un líder de la iglesia de Jerusalén (véanse Act_12:17, Act_15:13), no fue Santiago el apóstol, sino Santiago el hermano de Jesús. La Epístola de Santiago fue una de las primeras, escrita probablemente antes del año 50 d.C. Después del martirio de Esteban (Hechos 7.55-8.3), aumentó la persecución y los cristianos de Jerusalén fueron esparcidos por todo el mundo romano. Hubo comunidades judías cristianas florecientes en Roma, Alejandría, Chipre y ciudades de Grecia y de Asia menor. Debido a que estos nuevos creyentes no tuvieron el apoyo para establecer iglesias cristianas, Santiago les escribió como un líder interesado en el bienestar de ellos a fin de animarlos en la fe durante ese período difícil.

1.2, 3 Santiago no dice si pasan por diversas pruebas, sino cuando pasan por diversas pruebas. El da por sentado que vamos a tener pruebas y que es posible sacar provecho de ellas. La idea no es fingir ser feliz cuando uno se enfrenta al dolor, sino tener una perspectiva positiva ("tener por sumo gozo") por lo que las pruebas pueden producir en nuestra vida. Santiago nos dice que debemos convertir nuestras dificultades en períodos de aprendizaje. Los tiempos difíciles pueden enseñarnos paciencia. Para mayores detalles relacionados con la paciencia (también llamada perseverancia y constancia), véanse Rom_2:7; Rom_5:3-5; Rom_8:24-25; 2Co_6:3-7; 2Pe_1:2-9.

1.2-4 En realidad, no podemos llegar a conocer la profundidad de nuestro carácter hasta ver cómo reaccionamos frente a las presiones. Es muy fácil ser amable cuando todas las cosas andan bien, pero ¿seguiremos siendo amables cuando otros nos traten injustamente? Dios quiere que seamos perfectos, no librarnos del dolor. En lugar de quejarnos por nuestras luchas, debiéramos ver en ellas oportunidades de crecer. Dé gracias a Dios por haber prometido estar con usted en tiempos difíciles. Pídale que le ayude a resolver sus problemas o que le dé la fortaleza para soportarlos. Luego sea paciente. Dios no lo dejará solo con sus problemas; permanecerá cerca de usted y le ayudará a crecer.

1.5 Petición de sabiduría, Santiago no solo habla acerca del conocimiento, sino de la capacidad de tomar decisiones sabias en circunstancias difíciles. Cuando necesitamos sabiduría, podemos orar a Dios y El suplirá abundantemente nuestras necesidades. Los cristianos no tienen por qué andar a tientas en las tinieblas, con la esperanza de tal vez encontrar la respuesta. La sabiduría de Dios está a nuestra disposición para guiar nuestras decisiones.

1.5 Sabiduría significa discernimiento práctico. La sabiduría empieza con respeto a Dios, conduce a una vida recta y resulta en una capacidad creciente para distinguir lo correcto de lo erróneo. Dios está dispuesto a darnos esa sabiduría, pero no podremos recibirla si nuestras metas están centradas en nosotros mismos en lugar de estar centradas en Dios. Para conocer la voluntad de Dios, debemos leer su Palabra y pedirle que nos revele cómo obedecerla, y luego estar dispuestos a hacer lo que El nos diga.

1.6 "Pedir con fe, no dudando nada" significa no solo creer en la existencia de Dios, sino en su tierno cuidado. Eso incluye depender de Dios y confiar en que El oirá y responderá a nuestras oraciones. Debemos poner a un lado nuestras actitudes críticas cuando nos dirigimos a El. Dios no garantiza que ha de responder a nuestra desconsideración o egoísmo. Debemos tener la confianza que Dios armonizará nuestros deseos con su propósito. Para más acerca de este concepto, léase la nota en Mat_21:22.

1.6 Una mente inestable no está plenamente convencida de que el método de Dios es el mejor. Trata la Palabra de Dios como un consejo humano cualquiera y se queda con la opción a desobedecer. Vacila entre la lealtad a sus sentimientos subjetivos, los conceptos del mundo y los mandamientos de Dios. Si su fe es nueva, débil o de mucho esfuerzo, recuerde que usted puede confiar en Dios. Luego sea leal a El. A fin de estabilizar sus fluctuaciones y dudas mentales, ríndase por completo a Dios.

Dan 2:21: Dios cambia los tiempos.

Dan 2:21 El muda los tiempos y las edades; quita reyes, y pone reyes; da la sabiduría a los sabios, y la ciencia a los entendidos.

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2.21 Cuando vemos a líderes malvados que viven y a líderes buenos que mueren jóvenes, quizás nos preguntemos si Dios todavía regula los acontecimientos del mundo. Daniel vio a gobernantes malvados con un poder casi ilimitado, pero sabía y proclamaba que Dios controla todo lo que sucede. El mundo se mueve de acuerdo a los propósitos de Dios. Permita que este conocimiento le dé confianza y paz suceda lo que pueda suceder en su vida.

DANIEL

Los primeros años de la vida de Daniel demuestran que hay algo más en ser joven que cometer errores. Ninguna característica se gana el respeto de los adultos más rápidamente que la sabiduría en las palabras y las acciones de un joven. Daniel y sus amigos habían sido llevados desde sus casas en Judá al destierro. Su futuro era incierto, pero tenían cualidades que los calificaban para servir como siervos en el palacio del rey. Aprovecharon la oportunidad sin permitir que la oportunidad se aprovechara de ellos.

El asomo de grandeza de Daniel lo vemos en su negativa a renunciar a sus convicciones. Había aplicado la Palabra de Dios a su vida, y no iba a cambiar los buenos hábitos que había adquirido. Su dieta física y su dieta espiritual fueron una parte importante de su relación con Dios. Comió cuidadosamente y vivió una vida de oración. Uno de los beneficios de ser entrenado en el servicio real era comer de la mesa del rey. Daniel con todo tacto eligió un menú más simple y demostró que fue una elección saludable. Así como sucedió con Daniel, las comidas son pruebas obvias y regulares de nuestros esfuerzos por controlar nuestros apetitos.

Si bien Daniel limitaba su ingestión de comida, no se limitaba en la oración. Podía comunicarse con Dios porque había hecho de ello un hábito. Puso en práctica sus convicciones, aun cuando podía significar que lo arrojaran en un foso de leones hambrientos. Su vida demostró que tomó la decisión correcta.

¿Es tan firme su fe en Dios que hace lo que Dios dice sin importarle las consecuencias? Tal convicción lo mantiene un paso adelante de la tentación. Es una convicción que da sabiduría y estabilidad en circunstancias cambiantes. Ore y viva sus convicciones en la vida diaria y confíe los resultados a Dios.

Puntos fuertes y logros:

-- Aunque era joven cuando lo deportaron, permaneció leal a su fe

-- Sirvió como consejero de dos reyes babilónicos y dos reyes medopersas

-- Fue un hombre de oración y un estadista con el don de profecía.

-- Sobrevivió en un foso de leones

Lecciones de su vida :

-- Las convicciones discretas muchas veces se ganan el respeto a largo plazo

-- No espere hasta que esté en una situación difícil para aprender acerca de la oración

-- Dios puede utilizar a la gente en cualquier lugar donde se encuentren

Datos generales:

-- Dónde: Judá y las cortes de Babilonia y de Persia.

-- Ocupación: Desterrado israelita que llegó a ser consejero de reyes.

-- Contemporáneos: Ananías, Misael, Azarías, Nabucodonosor, Belsasar, Darío, Ciro.

Versículo clave:

"Por cuanto fue hallado en él mayor espíritu y ciencia y entendimiento, para interpretar sueños y descifrar enigmas y resolver dudas; esto es, en Daniel, al cual el rey puso por nombre Beltsasar. Llámese, pues, ahora a Daniel, y él te dará la interpretación" (5.12).

La historia de Daniel se relata en el libro de Daniel. También se menciona en Mat_24:15.

Cuando José se levantó el día que lo iban a llamar de parte del Faraón, José ni se imaginaba que ese día llegaría y que ese día iba a cambiar su vida totalmente.

El se levantó a hacer los mismos que había estado haciendo en los últimos años: administrar la cárcel, sin imaginarse que ese era el día que Dios había determinado para culminar con su preparación y graduarlo para lanzarlo al cumplimiento de la misión que había determinado para él.

Es interesante notar algunas cosas que nos pueden ayudar a nosotros en la espera del día cuando Dios cumplirá plenamente sus planes para nosotros, lo que nos ha prometido (llamamiento, ministerio, sanidad, bendición, etc.).

De los diecisiete años de José, Dios habla todo un capítulo (Gen 37).

Gén 37:1

José es vendido por sus hermanos

Habitó Jacob en la tierra donde había morado su padre, en la tierra de Canaán.

Gén 37:2 Esta es la historia de la familia de Jacob: José, siendo de edad de diecisiete años, apacentaba las ovejas con sus hermanos; y el joven estaba con los hijos de Bilha y con los hijos de Zilpa, mujeres de su padre; e informaba José a su padre la mala fama de ellos.

Gén 37:3 Y amaba Israel a José más que a todos sus hijos, porque lo había tenido en su vejez; y le hizo una túnica de diversos colores.

Gén 37:4 Y viendo sus hermanos que su padre lo amaba más que a todos sus hermanos, le aborrecían, y no podían hablarle pacíficamente.

Gén 37:5 Y soñó José un sueño, y lo contó a sus hermanos; y ellos llegaron a aborrecerle más todavía.

Gén 37:6 Y él les dijo: Oíd ahora este sueño que he soñado:

Gén 37:7 He aquí que atábamos manojos en medio del campo, y he aquí que mi manojo se levantaba y estaba derecho, y que vuestros manojos estaban alrededor y se inclinaban al mío.

Gén 37:8 Le respondieron sus hermanos: ¿Reinarás tú sobre nosotros, o señorearás sobre nosotros? Y le aborrecieron aun más a causa de sus sueños y sus palabras.

Gén 37:9 Soñó aun otro sueño, y lo contó a sus hermanos, diciendo: He aquí que he soñado otro sueño, y he aquí que el sol y la luna y once estrellas se inclinaban a mí.

Gén 37:10 Y lo contó a su padre y a sus hermanos; y su padre le reprendió, y le dijo: ¿Qué sueño es este que soñaste? ¿Acaso vendremos yo y tu madre y tus hermanos a postrarnos en tierra ante ti?

Gén 37:11 Y sus hermanos le tenían envidia,(A) mas su padre meditaba en esto.

Gén 37:12 Después fueron sus hermanos a apacentar las ovejas de su padre en Siquem.

Gén 37:13 Y dijo Israel a José: Tus hermanos apacientan las ovejas en Siquem: ven, y te enviaré a ellos. Y él respondió: Heme aquí.

Gén 37:14 E Israel le dijo: Ve ahora, mira cómo están tus hermanos y cómo están las ovejas, y tráeme la respuesta. Y lo envió del valle de Hebrón, y llegó a Siquem.

Gén 37:15 Y lo halló un hombre, andando él errante por el campo, y le preguntó aquel hombre, diciendo: ¿Qué buscas?

Gén 37:16 José respondió: Busco a mis hermanos; te ruego que me muestres dónde están apacentando.

Gén 37:17 Aquel hombre respondió: Ya se han ido de aquí; y yo les oí decir: Vamos a Dotán. Entonces José fue tras de sus hermanos, y los halló en Dotán.

Gén 37:18 Cuando ellos lo vieron de lejos, antes que llegara cerca de ellos, conspiraron contra él para matarle.

Gén 37:19 Y dijeron el uno al otro: He aquí viene el soñador.

Gén 37:20 Ahora pues, venid, y matémosle y echémosle en una cisterna, y diremos: Alguna mala bestia lo devoró; y veremos qué será de sus sueños.

Gén 37:21 Cuando Rubén oyó esto, lo libró de sus manos, y dijo: No lo matemos.

Gén 37:22 Y les dijo Rubén: No derraméis sangre; echadlo en esta cisterna que está en el desierto, y no pongáis mano en él; por librarlo así de sus manos, para hacerlo volver a su padre.

Gén 37:23 Sucedió, pues, que cuando llegó José a sus hermanos, ellos quitaron a José su túnica, la túnica de colores que tenía sobre sí;

Gén 37:24 y le tomaron y le echaron en la cisterna; pero la cisterna estaba vacía, no había en ella agua.

Gén 37:25 Y se sentaron a comer pan; y alzando los ojos miraron, y he aquí una compañía de ismaelitas que venía de Galaad, y sus camellos traían aromas, bálsamo y mirra, e iban a llevarlo a Egipto.

Gén 37:26 Entonces Judá dijo a sus hermanos: ¿Qué provecho hay en que matemos a nuestro hermano y encubramos su muerte?

Gén 37:27 Venid, y vendámosle a los ismaelitas, y no sea nuestra mano sobre él; porque él es nuestro hermano, nuestra propia carne. Y sus hermanos convinieron con él.

Gén 37:28 Y cuando pasaban los madianitas mercaderes, sacaron ellos a José de la cisterna, y le trajeron arriba, y les vendieron a los ismaelitas por veinte piezas de plata. Y llevaron a José a Egipto. (B)

Gén 37:29 Después Rubén volvió a la cisterna, y no halló a José dentro, y rasgó sus vestidos.

Gén 37:30 Y volvió a sus hermanos, y dijo: El joven no parece; y yo, ¿adónde iré yo?

Gén 37:31 Entonces tomaron ellos la túnica de José, y degollaron un cabrito de las cabras, y tiñeron la túnica con la sangre;

Gén 37:32 y enviaron la túnica de colores y la trajeron a su padre, y dijeron: Esto hemos hallado; reconoce ahora si es la túnica de tu hijo, o no.

Gén 37:33 Y él la reconoció, y dijo: La túnica de mi hijo es; alguna mala bestia lo devoró; José ha sido despedazado.

Gén 37:34 Entonces Jacob rasgó sus vestidos, y puso cilicio sobre sus lomos, y guardó luto por su hijo muchos días.

Gén 37:35 Y se levantaron todos sus hijos y todas sus hijas para consolarlo; mas él no quiso recibir consuelo, y dijo: Descenderé enlutado a mi hijo hasta el Seol. [a] Y lo lloró su padre.

Gén 37:36 Y los madianitas lo vendieron en Egipto a Potifar, oficial de Faraón, capitán de la guardia.

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Gén 37:1-36

37.3 En los días de José, todo el mundo tenía una túnica. La utilizaban para resguardarse del frío, para envolver sus pertenencias cuando viajaban, para envolver a los bebés, para sentarse sobre ella o para servir de garantía de un préstamo. La mayoría de las túnicas eran sencillas, llegaban hasta la rodilla y tenían mangas cortas. La de José era probablemente del tipo que usaban los nobles: de manga larga, llegaba hasta el tobillo y tenía muchos colores. El que le regalara una así a su hijo fue demostración de favoritismo de Jacob hacia José, y esto agravó las relaciones ya tirantes que había entre José y sus hermanos. El favoritismo en la familia puede ser inevitable, pero deben de ser minimizados sus efectos ya que crean desacuerdos. Quizá los padres no puedan cambiar sus sentimientos hacia un hijo predilecto, pero pueden cambiar la forma en que tratan a los demás,

37.6-11 Los hermanos de José ya estaban enojados porque existía la posibilidad de que su hermano menor quedara de jefe de ellos. Luego José encendió el fuego con su actitud inmadura y sus alardes. Nadie aguanta a un fanfarrón. El joven aprendió esta lección por el método más difícil: sus molestos hermanos lo vendieron como esclavo para deshacerse de él. Después de varios años de dificultades, José aprendió otra importante lección: nuestros talentos y conocimientos vienen de Dios, y es más correcto agradecérselos a Dios que alardear de ellos. Más tarde sí confesó que sus triunfos se los debía a Dios (41.16).

37.19, 20 ¿Le ha hecho sentir la envidia deseos de matar a alguien? Antes de que usted diga, "Claro que no", observe lo que sucedió en esta historia. Diez hombres estuvieron dispuestos a matar a su hermano por causa de una túnica de colores y algunos sueños. Su envidia se convirtió en una ira terrible, cegándolos totalmente. La envidia puede ser difícil de reconocer porque podemos buscarle justificación. La envidia, fuera de control, puede crecer rápidamente y llevarnos a pecados más serios. Mientras más tiempo cultive su envidia, más difícil le será desarraigarla. El momento de tratar con la envidia es cuando uno nota que está llevando un registro de lo que poseen los demás.

37.26, 27 A los hermanos les preocupaba la culpabilidad por la muerte de su hermano. Judá sugirió una alternativa que no era correcta, pero que los libraría en caso de que los acusaran. Algunas veces optamos por una solución que es "menos mala" pero de todos modos incorrecta. Cuando la gente propone una solución aparentemente viable, primero pregúntese: "¿Es lo correcto?".

JOSE

Como adolescente, José era demasiado confiado. Su confianza propia, incrementada por ser el hijo favorito de Jacob y por conocer los designios de Dios para su vida, resultaba insoportable para sus hermanos mayores, los que a la larga conspiraron contra él. Pero esa seguridad, moldeada por el sufrimiento y combinada con un conocimiento personal de Dios, permitió que sobreviviera y prosperara donde muchos hubieran fracasado. Cuando añadió sabiduría a su confianza, se fue ganando el corazón de todo aquel que conocía: Potifar, el carcelero, otros prisioneros, el rey y, después de muchos años, hasta aquellos diez hermanos.

Quizá usted se pueda identificar con una o más de estas penurias por las que pasó José: lo traicionaron y expulsaron de su familia, se vio en una tentación sexual, lo castigaron por hacer lo correcto, sobrellevó un largo encarcelamiento, se olvidaron de él las personas que ayudó. Cuando usted lea la historia, observe lo que José hizo en cada caso. Su respuesta positiva transformó cada caída en un paso hacia adelante. Nunca pasó mucho tiempo preguntándose ¿por qué? Siempre se decía: "¿Qué debo hacer ahora?" Los que lo conocieron vieron que en todas las cosa que José hacía y en todos los lugares donde iba, Dios estaba con él. Cuando usted esté enfrentado un revés, adopte una actitud como la de José, y esté consciente de que Dios está con usted. No hay nada como la realidad de la presencia de Dios para dar una nueva luz a una situación oscura.

Puntos fuertes y logros:

-- De esclavo se levantó hasta ser gobernador de Egipto

-- Se le conocía por su integridad

-- Era un hombre con sensibilidad espiritual

-- Preparó a una nación para sobreponerse a una hambruna

Debilidades y errores:

-- Su orgullo juvenil le causó fricción con sus hermanos

Lecciones de su vida:

-- Lo que importa no son los sucesos ni las circunstancias de la vida, sino nuestra manera de actuar ante ellos

-- Con la ayuda de Dios, cada situación puede ser usada para bien, aun cuando otros pretendan causarnos daño

Datos generales:

-- Dónde: Canaán, Egipto

-- Ocupación: Pastor, esclavo, convicto, gobernador.

-- Familiares: Padres: Jacob y Raquel. Once hermanos y una hermana mencionados en la Biblia. Esposa: Asenat. Hijos: Manasés y Efraín.

Versículo clave:

"Y dijo Faraón a sus siervos: ¿Acaso hallaremos a otro hombre como éste, en quien esté el espíritu de Dios? (Gen_41:38).

La historia de José se relata en Génesis 30-50. También se menciona en Heb_11:22.

37.28 Aun cuando los hermanos de José no lo mataron, pensaban que no sobreviviría mucho tiempo como esclavo. Estaban muy dispuestos a que aquellos crueles traficantes de esclavos hicieran la maldad que ellos mismos no se atrevían a cometer. José tendría que enfrentarse a un viaje de treinta días a través del desierto, probablemente encadenado y a pie. Lo tratarían como equipaje y, una vez en Egipto, lo venderían como una mercancía. Sus hermanos pensaron que nunca lo volverían a ver. Pero Dios estaba en el timón de la vida de José.

37.29, 30 Rubén regresó al pozo a buscar a José, pero José ya se había ido. Su primera reacción fue "¿qué será de mí?", en vez de "¿qué le sucederá a José?" Cuando usted se ve en una situación difícil, ¿se preocupa primero por usted mismo? Considere a la persona que se ve más afectada por el problema, y lo más probable es que encuentre la solución.

37.31-35 Para cubrir su malvada acción, los hijos de Jacob engañaron a su padre al hacerlo pensar que José estaba muerto. Jacob mismo había engañado a otros muchas veces (incluyendo a su propio padre; 27.35). Ahora, aunque bendecido por Dios, todavía le tocó enfrentarse a las consecuencias de sus pecados. Quizá Dios no castigó a Jacob inmediatamente por sus engaños, pero las consecuencias llegaron de todos modos y le duraron el resto de su vida.

37.34 Rasgar las vestiduras y ponerse cilicio era una señal de duelo, como en la actualidad lo es el vestirse de negro.

RUBEN

Los padres suelen ser los mejores jueces del carácter de sus hijos. Jacob resumió el carácter de su hijo Rubén al compararlo con el agua. Excepto cuando está congelada, el agua no tiene una forma estable propia. Siempre se amolda al recipiente o al ambiente. Rubén por lo común tenía buenas intenciones, pero le faltaba firmeza frente a los demás. Su inestabilidad propiciaba que no confiaran en él. Tenía valores públicos y privados, pero estos se contradecían. Colaboró con sus hermanos en su acción en contra de José esperando contrarrestar el mal en privado. El plan fracasó. Cuando uno transige con el mal destruye sus convicciones. Sin convicciones, la falta de dirección destruye la vida. El que durmiera con la concubina de su padre demuestra cuán poco le quedaba de aquella integridad que tenía al principio de su vida.

¿Qué tan firme es su vida pública y privada? Podemos pensar que están separadas, pero no podemos negar que una afecta a la otra. ¿Qué convicciones están presentes en su vida en todos los momentos? ¿Se asemeja la descripción que Jacob hizo de su hijo a usted: "impetuoso como las aguas"?

Puntos fuertes y logros:

-- Salvó la vida de José al convencer a sus hermanos de que no lo mataran

-- Mostró un intenso amor por su padre al ofrecer a sus propios hijos como garantía de que se respetaría la vida de Benjamín

Debilidades y errores:

-- Se rendía con facilidad ante la presión de un grupo

-- No protegió directamente a José de sus hermanos, aun cuando como hermano mayor tenía la autoridad para hacerlo

-- Durmió con la concubina de su padre

Lecciones de su vida:

-- La integridad pública y la privada tienen que ser igual, o una destruirá a la otra

-- El castigo del pecado puede no ser inmediato, pero llega

Datos generales:

-- Dónde: Canaán, Egipto

-- Ocupación: Pastor

-- Familiares: Padres: Jacob y Lea. Once hermanos y una hermana

Versículos clave :

"Rubén, tú eres mi primogénito, mi fortaleza, y el principio de mi vigor; principal en dignidad, principal en poder. Impetuoso como las aguas, no serás el principal, por cuanto subiste al lecho de tu padre; entonces te envileciste, subiendo a mi estrado" (Gen_49:3-4).

La historia de Rubén se relata en Génesis 29-50.

37.36 Imagínese el impacto que le causó la cultura a José al llegar a Egipto. José estaba acostumbrado a vivir como nómada, a andar por todo el país con su familia, a cuidar ovejas. De repente, se ve lanzado a la sociedad más avanzada del mundo con grandes pirámides, hermosas casas, gente refinada y un nuevo idioma. Pero además de observar los adelantos y la inteligencia de los egipcios, vio su ceguera espiritual: adoraban a muchos dioses que relacionaban con cada faceta de la vida.

Del tiempo que estuvo en la casa de Potifar hasta que fue echado a la cárcel también Dios habla todo un capítulo (Gen 39).

José y la esposa de Potifar

Gén 39:1 Llevado, pues, José a Egipto, Potifar oficial de Faraón, capitán de la guardia, varón egipcio, lo compró de los ismaelitas que lo habían llevado allá.

Gén 39:2 Mas Jehová estaba con José, (A) y fue varón próspero; y estaba en la casa de su amo el egipcio.

Gén 39:3 Y vio su amo que Jehová estaba con él, y que todo lo que él hacía, Jehová lo hacía prosperar en su mano.

Gén 39:4 Así halló José gracia en sus ojos, y le servía; y él le hizo mayordomo de su casa y entregó en su poder todo lo que tenía.

Gén 39:5 Y aconteció que desde cuando le dio el encargo de su casa y de todo lo que tenía, Jehová bendijo la casa del egipcio a causa de José, y la bendición de Jehová estaba sobre todo lo que tenía, así en casa como en el campo.

Gén 39:6 Y dejó todo lo que tenía en mano de José, y con él no se preocupaba de cosa alguna sino del pan que comía. Y era José de hermoso semblante y bella presencia.

Gén 39:7 Aconteció después de esto, que la mujer de su amo puso sus ojos en José, y dijo: Duerme conmigo.

Gén 39:8 Y él no quiso, y dijo a la mujer de su amo: He aquí que mi señor no se preocupa conmigo de lo que hay en casa, y ha puesto en mi mano todo lo que tiene.

Gén 39:9 No hay otro mayor que yo en esta casa, y ninguna cosa me ha reservado sino a ti, por cuanto tú eres su mujer; ¿cómo, pues, haría yo este grande mal, y pecaría contra Dios?

Gén 39:10 Hablando ella a José cada día, y no escuchándola él para acostarse al lado de ella, para estar con ella,

Gén 39:11 aconteció que entró él un día en casa para hacer su oficio, y no había nadie de los de casa allí.

Gén 39:12 Y ella lo asió por su ropa, diciendo: Duerme conmigo. Entonces él dejó su ropa en las manos de ella, y huyó y salió.

Gén 39:13 Cuando vio ella que le había dejado su ropa en sus manos, y había huido fuera,

Gén 39:14 llamó a los de casa, y les habló diciendo: Mirad, nos ha traído un hebreo para que hiciese burla de nosotros. Vino él a mí para dormir conmigo, y yo di grandes voces;

Gén 39:15 y viendo que yo alzaba la voz y gritaba, dejó junto a mí su ropa, y huyó y salió.

Gén 39:16 Y ella puso junto a sí la ropa de José, hasta que vino su señor a su casa.

Gén 39:17 Entonces le habló ella las mismas palabras, diciendo: El siervo hebreo que nos trajiste, vino a mí para deshonrarme.

Gén 39:18 Y cuando yo alcé mi voz y grité, él dejó su ropa junto a mí y huyó fuera.

Gén 39:19 Y sucedió que cuando oyó el amo de José las palabras que su mujer le hablaba, diciendo: Así me ha tratado tu siervo, se encendió su furor.

Gén 39:20 Y tomó su amo a José, y lo puso en la cárcel, donde estaban los presos del rey, y estuvo allí en la cárcel.

Gén 39:21 Pero Jehová estaba con José (B) y le extendió su misericordia, y le dio gracia en los ojos del jefe de la cárcel.

Gén 39:22 Y el jefe de la cárcel entregó en mano de José el cuidado de todos los presos que había en aquella prisión; todo lo que se hacía allí, él lo hacía.

Gén 39:23 No necesitaba atender el jefe de la cárcel cosa alguna de las que estaban al cuidado de José, porque Jehová estaba con José, y lo que él hacía, Jehová lo prosperaba.

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Gén 39:1-23

39.1 La fecha exacta de la llegada de José a Egipto no se sabe. Muchos eruditos creen que llegó durante el período de los reyes hicsos. Los hicsos eran extranjeros que llegaron de la región de Canaán. Invadieron Egipto y gobernaron el país durante casi ciento cincuenta años. Si José llegó en el período de los hicsos, se entiende por qué pudo ascender por la escalera real. Como los hicsos eran extranjeros, no les importaba la estirpe de aquel joven y brillante extranjero.

39.1 Faraón era el título que se daba a todos los reyes de Egipto. Era un título como "Rey" o "Presidente" utilizado para designar al líder del país. Los faraones que se mencionan en Génesis y Exodo eran personas diferentes.

39.1 El Egipto antiguo era una tierra de grandes contrastes. La gente era o exageradamente rica o totalmente pobre. Casi no había términos medios. José sirvió a Potifar, un miembro extremadamente rico del gabinete de Faraón. Las familias ricas, como la de Potifar, se construían casas de dos o tres pisos con jardines y terrazas hermosos. Les gustaban la actuación de artistas en la casa mientras escogían frutas deliciosas de tazones finísimos. A su alrededor había floreros de alabastro, pinturas, hermosos tapetes y sillas talladas a mano. La cena se servía en platos de oro e iluminaban sus cuartos con candelabros de oro. Los sirvientes, como José, trabajaban en el primer piso, mientras que la familia ocupaba los pisos superiores.

39.9 La esposa de Potifar fracasó en seducir a José, el que resistió esta tentación al decir que sería un pecado contra Dios. José no dijo: "Te estaría haciendo daño", ni "estaría pecando contra Potifar", ni "estaría pecando contra mí mismo". Cuando estamos bajo presión, uno fácilmente puede racionalizar esas excusas. Recuerde que el pecado sexual no es simplemente un acto realizado por consentimiento mutuo entre dos adultos. Es un acto de desobediencia a Dios.

39.10-15 José evadía a la esposa de Potifar lo más posible. Pero un día tuvo que huir de ella. Algunas veces tratar de evadir la tentación no es suficiente; debemos voltearnos y huir, especialmente cuando las tentaciones son demasiado grandes, como suele ser el caso con las tentaciones sexuales.

39.20 Las prisiones eran lugares horribles de pésimas condiciones. Allí albergaban a los trabajadores forzados o a los acusados que estaban esperando juicio, como José. En los tiempos antiguos, en todas partes los prisioneros eran culpables hasta que se demostrara su inocencia, y no tenían derecho a que se les juzgara en seguida. Muchos prisioneros nunca llegaban a la corte, ya que los juicios se llevaban a cabo a capricho del gobernante. José estuvo dos años en prisión antes de aparecer ante Faraón, y esto porque lo llamaron a interpretar un sueño, no para que lo juzgaran.

39.21-23 Como prisionero y esclavo, José pudo haber perdido las esperanzas. Sin embargo, ponía todo su empeño en cualquier tarea que se le asignaba. El jefe de la cárcel notó pronto su diligencia y su actitud positiva, y lo promovió a administrador de la prisión. ¿Está usted en medio de una situación difícil y ya perdió la esperanza? En el trabajo, en la casa o en la escuela, siga el ejemplo de José y ponga todo su empeño en cualquier tarea que se le presente. Recuerde que Dios cambió la situación de José. El ve sus esfuerzos y puede transformar hasta la adversidad más abrumadora.

Del tiempo que estuvo en la cárcel hasta que el copero se olvidó de él, Dios también habla todo un capítulo (Gen 40).

Gén 40:1

José interpreta dos sueños Aconteció después de estas cosas, que el copero del rey de Egipto y el panadero delinquieron contra su señor el rey de Egipto. Gén 40:2 Y se enojó Faraón contra sus dos oficiales, contra el jefe de los coperos y contra el jefe de los panaderos, Gén 40:3 y los puso en prisión en la casa del capitán de la guardia, en la cárcel donde José estaba preso. Gén 40:4 Y el capitán de la guardia encargó de ellos a José, y él les servía; y estuvieron días en la prisión. Gén 40:5 Y ambos, el copero y el panadero del rey de Egipto, que estaban arrestados en la prisión, tuvieron un sueño, cada uno su propio sueño en una misma noche, cada uno con su propio significado. Gén 40:6 Vino a ellos José por la mañana, y los miró, y he aquí que estaban tristes. Gén 40:7 Y él preguntó a aquellos oficiales de Faraón, que estaban con él en la prisión de la casa de su señor, diciendo: ¿Por qué parecen hoy mal vuestros semblantes? Gén 40:8 Ellos le dijeron: Hemos tenido un sueño, y no hay quien lo interprete. Entonces les dijo José: ¿No son de Dios las interpretaciones? Contádmelo ahora. Gén 40:9 Entonces el jefe de los coperos contó su sueño a José, y le dijo: Yo soñaba que veía una vid delante de mí, Gén 40:10 y en la vid tres sarmientos; y ella como que brotaba, y arrojaba su flor, viniendo a madurar sus racimos de uvas. Gén 40:11 Y que la copa de Faraón estaba en mi mano, y tomaba yo las uvas y las exprimía en la copa de Faraón, y daba yo la copa en mano de Faraón. Gén 40:12 Y le dijo José: Esta es su interpretación: los tres sarmientos son tres días. Gén 40:13 Al cabo de tres días levantará Faraón tu cabeza, y te restituirá a tu puesto, y darás la copa a Faraón en su mano, como solías hacerlo cuando eras su copero. Gén 40:14 Acuérdate, pues, de mí cuando tengas ese bien, y te ruego que uses conmigo de misericordia, y hagas mención de mí a Faraón, y me saques de esta casa. Gén 40:15 Porque fui hurtado de la tierra de los hebreos; y tampoco he hecho aquí por qué me pusiesen en la cárcel. Gén 40:16 Viendo el jefe de los panaderos que había interpretado para bien, dijo a José: También yo soñé que veía tres canastillos blancos sobre mi cabeza. Gén 40:17 En el canastillo más alto había de toda clase de manjares de pastelería para Faraón; y las aves las comían del canastillo de sobre mi cabeza. Gén 40:18 Entonces respondió José, y dijo: Esta es su interpretación: Los tres canastillos tres días son. Gén 40:19 Al cabo de tres días quitará Faraón tu cabeza de sobre ti, y te hará colgar en la horca, y las aves comerán tu carne de sobre ti. Gén 40:20 Al tercer día, que era el día del cumpleaños de Faraón, el rey hizo banquete a todos sus sirvientes; y alzó la cabeza del jefe de los coperos, y la cabeza del jefe de los panaderos, entre sus servidores. Gén 40:21 E hizo volver a su oficio al jefe de los coperos, y dio éste la copa en mano de Faraón. Gén 40:22 Mas hizo ahorcar al jefe de los panaderos, como lo había interpretado José. Gén 40:23 Y el jefe de los coperos no se acordó de José, sino que le olvidó.

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Gén 40:1-23 40.1-3 El panadero y el copero eran dos hombres de la mayor confianza de Faraón. El panadero tenía a su cargo la elaboración de la comida del rey, y el copero probaba toda comida y bebida antes de dársela a Faraón, por si estaba envenenada o contaminada. Un día se sospechó que habían hecho algo malo, quizás conspirar contra Faraón. Al poco tiempo soltaron al copero, pero ejecutaron al panadero.

40.8 Cuando surgió el tema de los sueños, José hizo que todos volvieran la mirada hacia Dios. En vez de aprovecharse de la situación para beneficio propio, se puso a hablar de Dios. Uno de los secretos de tener buen éxito al hablar de Dios es aprovechar las oportunidades para relacionar a Dios con la experiencia de otras personas. Cuando llegue la oportunidad, debemos tener el valor de hablar, como lo hizo José.

40.23 Cuando el copero de Faraón se vio libre, se olvidó de José. No sería sino hasta dos años después que José tendría otra oportunidad (41.1). Pero su fe era profunda, y cuando se presentara la siguiente oportunidad, habría de estar listo . Cuando nos sentimos ignorados, despreciados u olvidados, no debe sorprendernos que la gente sea malagradecida. En situaciones como esta, confíe en Dios como lo hizo José. Quizá ya estén llegando a sus puertas nuevas oportunidades.

Pero de los dos años que transcurrieron entre que el copero se olvidó de él y el día que Faraón lo mandó a llamar, no se dice absolutamente nada en la Biblia (de hecho, ese período de tiempo se lo salta en un cambio de versículo y de capítulo, en otras palabras, nada que valiera la pena de relatar en dos años: monotonía, rutina, tiempo "plano", sin emociones, sin actividades extraordinarias. Días para pensar que Dios se había olvidado también, que ya no iba a suceder nada, que el sueño que Dios le había dado no se iba a realizar, que el resto de su vida pasaría en la cárcel, etc. Pero la Biblia no nos dice que José se haya desanimado, solo que no pasó nada que hiciera pensar que los planes de Dios estaban avanzando.

Pero de la noche a la mañana, sin que José bajara la guardia un solo día de la monotonía, todo cambió.

En la vida de nosotros puede pasar igual. Pareciera que la monotonía, la rutina, etc., ya se acomodó en nuestras vidas, que ya no hay porque luchar, que todo lo que soñamos o que Dios prometió ya no se va a cumplir, y con ello puede venir la tentación de dejar de luchar, avanzar, seguir creyendo, seguir esperando. En esos momentos nos puede llegar a suceder lo que le sucedió a una nadadora que quería cruzar el Canal de la Mancha.

Se metió al agua en el lado de Francia y comenzó a nadar, pero a medida que nadaba las condiciones del mar iban gradualmente empeorando. Después de un buen número de horas nadando en contra de las condiciones adversas, comenzaron a venir a su mente pensamientos de desánimo y de cansancio. Durante unas tres o cuatro horas más batalló en contra ya no solo de un obstáculo (las condiciones del clima) sino contra uno más (los argumentos de su mente). El horizonte estaba lleno de niebla, no se venía más que los siguientes 10 o quince metros que estaban por delante, lo demás, totalmente oscuro, desconocido, sin horizonte. Entonces, después de mucho nadar y batallar con su mente, se dio por vencida y se subió en la lancha que la acompañaba, que encendió el motor y avanzó por en medio de la niebla hacia adelante. Cincuenta metros después de donde se subió la nadadora, la niebla se terminaba, y se podía ver a unos doscientos o trescientos metros adelante, la playa de Inglaterra, la meta. Lo que quiere decir que la nadadora se había dado por vencida no más de 350 metros antes de llegar a la meta, después de nadar kilómetros y kilómetros. Cuando se dio cuenta se puso a llorar y dijo "si hubiera sabido eso, hubiera hecho un último esfuerzo y seguido nadando para llegar a la meta".

En la noche, cuando la oscuridad se pone más densa, más oscura, y hay más silencio, es en la madrugada, cerca del momento cuando el sol va a comenzar a salir. Si estamos luchando desde hace tiempo con algo, no dejemos de "nadar" aunque todo parezca nublado o densamente oscuro. Es posible que en la siguiente "brazada" lleguemos al final del "túnel" y nos aparezca la luz del cumplimiento del propósito y la bendición de Dios para nosotros.

Seamos como José, consistentes, persistentes, enfocados no en las circunstancias, en la monotonía, en la niebla o en la oscuridad, sino en Dios (Heb 12:1-2)

Puestos los ojos en Jesús

Heb 12:1 Por tanto, nosotros también, teniendo en derredor nuestro tan grande nube de testigos, despojémonos de todo peso y del pecado que nos asedia, y corramos con paciencia la carrera que tenemos por delante,

Heb 12:2 puestos los ojos en Jesús, el autor y consumador de la fe, el cual por el gozo puesto delante de él sufrió la cruz, menospreciando el oprobio, y se sentó a la diestra del trono de Dios.

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Heb 12:1-29

12.1 Esta "tan grande nube de testigos" está compuesta de personas que se han mencionado en el capítulo 11. Su fidelidad es un estímulo para nosotros. No luchamos solos ni somos los primeros en luchar con los problemas que afrontamos. Otros también han participado en la carrera y han ganado, y su testimonio nos anima a correr y a ganar. ¡Qué legado tan inspirador el que tenemos!

Y en el premio del supremo llamamiento de Él en Cristo (Fil 3.14). Prosigamos a la meta, hoy está más cerca que cuando comenzamos (Rom 13:11-12).

Persistamos hasta el día que Dios decida que terminó nuestra formación y preparación. Los días con Dios, aún en medio de circunstancias que no nos gusten, son para que nos gocemos y nos alegremos en El (Sal 118.24)

Sabiendo que El está trabajando para el cumplimiento de lo que nos ha ofrecido y de los deseos de nuestro corazón (Sal 37:4).

Además, el día de nuestra "graduación" es el día en que El hará todo hermoso en Su tiempo (Ecle 3:11).

Mientras ese día llega, aprovechemos el tiempo para afirmar lo que Dios ya ha trabajado en nosotros, seguir batallando con aquello que aún no ha sido perfeccionado en nosotros, cultivar las relaciones con las personas que nos rodean y bendiciéndolas (quizá alguna de ellas sea el "copero" que Dios va a utilizar para abrirnos las puertas a la promoción de Dios), bendecir el lugar donde estamos ahora aunque no nos guste (quizá ese sea "el Egipto" desde donde Dios nos va a promover).


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EMANUEL GONÇALVES

El hombre detrás       de"Lo Justo"

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